15 Mar ¿Quién cuida a los cuidadores?
Aura Toro Fince es Especialista Regional en Servicios Sociales de HRH2030 Colombia. Ella es una trabajadora social con especialidad en gestión pública y maestría en gestión de recursos humanos de la Universidad Rafael Belloso Chacín en Venezuela. Aura cuenta con 20 años de experiencia en el cuidado de primera infancia, niños, adolescentes, familias y comunidades en contextos de emergencia y desarrollo.
El acompañamiento de personas y familias en la adversidad requiere de profesionales sensibles, comprometidos, capacitados y empoderados que puedan brindar apoyo social. Las y los trabajadores sociales son cuidadores capacitados para comprender la “ética del cuidado”, el concepto de que formamos una red de relaciones de responsabilidad y dependencia entre los miembros de la sociedad. Es un compromiso con los demás y con la justicia social. Damos y recibimos, nos preocupamos y debemos ser cuidados. Esta idea se refleja en el tema del Día Mundial del Trabajo Social de este año: “Ubuntu, soy porque somos,” que se centra en la conexión y la solidaridad social.
Pero, ¿quién cuida al que cuida? O más específicamente, ¿quién cuida a las y los trabajadores sociales?
Es paradójico darse cuenta de que las y los trabajadores sociales dedicamos nuestra vida al cuidado de los demás, pero generalmente este cuidado no es recíproco. Desafortunadamente, como resultado, nuestra salud física y mental puede verse seriamente afectada. Es preocupante que, en el sector de los servicios sociales, donde vemos un gran esfuerzo para proveer cuidado a los demás, cuidarnos a nosotros mismos no sea una prioridad. Debemos ampliar el enfoque del cuidado para cuidarnos a nosotros mismos, y esto incluye pensar en el cuidado personal y aceptar la reciprocidad del cuidado como una necesidad más que como una debilidad.
También necesitamos hacer un llamado a los gobiernos para que vean a las y los trabajadores sociales no solo como ejecutores de políticas sociales, sino también como beneficiarios de estas mismas políticas, y que cubran todas nuestras necesidades para empoderarnos como profesionales. Sin embargo, apoyar a los trabajadores sociales no es solo responsabilidad de los gobiernos, sino de todos. Un ejemplo de una organización que toma la iniciativa en esto es la Organización Mundial de la Salud, que declaró 2021 como el Año Internacional de los y las Trabajadores Sanitarios y Asistenciales. Con el llamado a “Proteger. Invertir. Juntos,” abogan por una mayor inversión, en términos de apoyo económico, profesional, social y de otro tipo, para las y los trabajadores del sector de servicios sociales y de salud. Esto incluye el desarrollo de estrategias que promuevan nuestra salud mental y nuestro cuidado para evitar el desgaste, la desmotivación y el agotamiento.
En Colombia, como parte del programa de USAID Recursos Humanos para la Salud en 2030 (HRH2030), trabajamos con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para fortalecer la fuerza laboral del servicio social a nivel nacional y local, con el objetivo de garantizar una mejor protección. y mayor bienestar para niños, adolescentes y familias. Hacemos esto incrementando la coordinación intersectorial e interinstitucional eficaz y mejorando la calidad y cobertura de la prestación de servicios mediante la capacitación de trabajadores sociales en habilidades técnicas y sociales. Un mejor conjunto de habilidades y mejores relaciones y coordinación con los colegas pueden ayudar a reducir el estrés generado por la gran carga de trabajo, ayudando a cuidar la salud física y mental de las y los trabajadores sociales.
En este Día Mundial del Trabajo Social, comparto las palabras del autor y profesor Leo Buscaglia: “A veces subestimamos el poder de la palabra, de la caricia, una sonrisa, un oído atento, un cumplido o el más mínimo acto de cariño, todo ello tienen el potencial de cambiar una vida.” Esto es lo que hacemos las y los cuidadores: cambiamos vidas. Mi objetivo como trabajadora social, además de acompañar a quienes se enfrentan a la adversidad, es este: crear espacios en los que las y los trabajadoras sociales podamos reflexionar sobre las cosas que necesitamos para hacer nuestro trabajo bien, al mismo tiempo que nos preocupamos por nosotros mismos y actuamos juntos para robustecer la fuerza laboral del servicio social y aumentar el reconocimiento de su valor.
Los trabajadores sociales hacen tanto para garantizar nuestro bienestar y el bienestar de nuestras familias y niños, actuemos también por su bienestar. Aboguemos y trabajemos juntos para aumentar las inversiones en los trabajadores sociales, atender sus necesidades y hacer que la prestación de cuidados sea un proceso recíproco. Comencemos a pensar en formas de cuidar a quienes nos cuidan.
Foto: Una trabajadora social (de blanco) abraza a un hombre (de verde) en Pitatilo, una comunidad rural en Huila, Colombia, durante un taller organizado por HRH2030 junto a ICBF y miembros de la comunidad. Crédito: HRH2030 Colombia